Si me invitasen a un bautizo, boda o comunión y me diesen como detalle de la ceremonia unas alpargatas, bailarinas o manoletinas saltaria de alegria. Las mujeres nos pasamos las largas horas de ceremonia subidas en unos altos tacones o plataformas.
Recuerdo con nostalgia y alegría aquellos veranos en los que usaba alpargatas de cáñamo. Solía comprarlas de varios colores y transformarlas. Me gustaba comprar lazos de colores y coserlos. Así las anudaba a mi pierna resultando unas zapatillas gladiadoras.
Recuerdo con nostalgia y alegría aquellos veranos en los que usaba alpargatas de cáñamo. Solía comprarlas de varios colores y transformarlas. Me gustaba comprar lazos de colores y coserlos. Así las anudaba a mi pierna resultando unas zapatillas gladiadoras.
Hoy, muchos años después, las alpargatas se convierten en tendencia. El clásico, usado en vacaciones de verano, pisa el asfalto. Las invitadas a tu ceremonia te agradecerán eternamente que las bajes de las alturas. Regalar este tipo de calzado será un acierto que recordaran de por vida. Bailaran toda la noche sin poner malas caras por las consabidas rozaduras.
Este detalle podrán seguir usándolo en su vida cotidiana pues la
incorporación de nuevos materiales, como el cuero, en su fabricación y
la diversidad de modelos permite que las usemos casi todo el año. De
echo el sector, casi, artesano de la fabricación de alpargatas se ha
relanzado y muchas firmas ya las diseñan y las ponen en el mercado.
Es un calzado elaborado con materiales naturales y muy cómodo. Su variedad de modelos permite adaptarlo a toda clase de looks. No lo pienses más y regala comodidad.
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